Habermas (2002) plantea en su teoría de la acción comunicativa que usando la
comunicación de forma efectiva se puede llegar a la solución de problemas y al
surgimiento de nuevas teorías. En ese mismo orden de ideas, otro elemento que
motiva a Habermas
hacer el estudio y planteamiento de su teoría, es la teoría
de la argumentación, el autor indica que ésta cobra una significación especial
pues a ella le compete la tarea de reconstruir las pre suposiciones y
condiciones pragmático-formales del comportamiento explícitamente racional, para ello Habermas plantea como hilo conductor el "entendimiento lingüístico"
Este
tipo de racionalidad comunicativa o discursiva está llamada a orientar el
método del quehacer científico mediante acciones comunicativas, con la finalidad
de lograr junto a los participantes el consenso y argumentación por medio de
actos de comprensión, que se basan en el supuesto de un entendimiento posible.
Se está en presencia de una “razón comunicativa” fundamentada en el carácter
intersubjetivo y consensual de todo saber, para devolverle a la sociedad el
control crítico y la orientación consciente involucrando el uso de los valores
en los procesos en los cuales se involucra todo ser humano.
Se
destaca en la obra de Habermas en el concepto de acción comunicativa la aparición de un
supuesto más, que es el medio lingüístico en donde debe reflejarse las
relaciones del actor con el mundo, en donde se presupone el lenguaje como un
medio de entendimiento sin más abreviaturas en el que hablantes y oyentes
pueden negociar definiciones de la situación que está siendo compartida por
todos o incluso me atrevería a decir “vivenciada” por todos.
Es importante hacer mención de dos de los principios de la Investigación acción:
Dialogicidad: lleva al desarrollo de la conciencia crítica en los participantes. Este principio está derivado directamente de los presupuestos formulados por Habermas (2002) en relación a la acción comunicativa y Freire (1970) con su concepción de dialogicidad. Se trata de un proceso de comunicación auténtica en la que los investigadores demuestran su capacidad de escuchar a los miembros de la comunidad, y donde los miembros de la comunidad pueden expresarse, comunicarse y escucharse unos a otros de forma asertiva.
Dialéctica: porque permite la interacción entre los actores del quehacer investigativo, es un ir y venir continuo y progresivo para conocer, comprender y actuar sobre la realidad que se estudia. Es un proceso dialéctico y flexible porque durante todo el estudio se está en constante intercambio de ideas, opiniones, conocimientos con el fin de generar los acuerdos, consensos y establecer los compromisos de acción entre todos los actores involucrados.
Conociendo estos planteamientos Habermasianos podríamos dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿Cómo usar los
encuentros dialógicos para consensuar un modelo de gestión de los PSI a partir
del entendimiento de los actores involucrados?
Algo interesante nos ha permitido redescubrir en el PNF en Mecánica de la UPTAG con respecto a la dialogicidad en la gestión de los Proyectos Socio-Integradores. Precisamente, desde inicios de la aplicación de la IAP, y específicamente en las fases iniciales; los diagnósticos principalmente se argumentan como Diagnóstico Participativo. Pero ocurre con relativa frecuencia que los estudiantes no viven exactamente donde surge el proyecto en desarrollo, por lo que su participación intersubjetiva se reduce a las esporádicas visitas que realizan. Entonces encontramos dos versiones del diagnóstico: el Diagnóstico Participativo (DP, como tal y originario, para quienes sí conviven a diario o frecuentan lo suficiente la comunidad donde surge el proyecto) y otro que es el Diagnóstico Rápido Participativo (DRP). Para ambos existe literatura. Pero bien, para el DRP mucho menos. De todas formas, en la web se encuentran algunos libros, folletos o artículos cortos sobre su abordaje. Es menos detallado, por supuesto que más rápido de enfocarse y sintetizarse como resumen diagnóstico. Y esta se ha convertido en una modalidad suficientemente apreciada por la comunidad universitaria del PNF en Mecánica ya que gran parte de los proyectos realmente rigen su diagnóstico desde el enfoque del DRP, entendido como momentos de dialogicidad.
ResponderEliminarGracias Luis por tu aporte, sin embargo quisiera que pudieras plantear que sugieres hacer para lograr un modelo de gestión de los Proyectos socio Integradores a partir de encuentros dialógicos entre todos los involucrados docentes y comunidades para luego ponerlo en practica
EliminarQue tal Prof. Acurero, de acuerdo a lo que plantea el Prof. Piña y luego usted, en relación a qué hacer para lograr un modelo de gestión de los Proyectos socio Integradores a partir de encuentros dialógicos entre todos los involucrados docentes y comunidades para luego ponerlo en practica, considera que hace falta de forma institucional una serie de elementos como por ejemplo: instrumentos de medición de efectividad y la mejor manera de aplicarlo es a los 6 meses de haberse ejecutado ese proyecto en la comunidad en cuestión. Recordemos que los proyectos sociointegradores deberían estar vivos después de esa fecha jejeje
EliminarQué tal profesora Acurero y demás participantes de este escenario.
ResponderEliminarPrimero que nada, una felicitación a la prof. Acuero, dada la síntesis que hace sobre dos elementos tan importantes como lo son la dialogicidad y la dialéctica. A veces se muestran muy parecidos y confunden a más de uno y usted hace un resumen bien planteado sobre cada concepto y así disipan muy bien las dudas.
En relación a la interrogante: ¿Cómo usar los encuentros dialógicos para consensuar un modelo de gestión de los PSI a partir del entendimiento de los actores involucrados?
La respuesta puede tener varias vertientes, no obstante mencionaré las siguientes que considero a mi juicio, teniendo presente en todo momento que los encuentros dialógicos deben darse entre iguales. En la búsqueda del consenso y posterior acuerdo se deben emprender las siguientes acciones:
ANTES DEL ENCUENTRO DIALÓGICO
1. Los encuentros dialógicos deben estar bien planificados, con suficiente tiempo de antelación, en cuanto a : hora, lugar, espacio, participantes.
2. Poner sobre la mesa de encuentro la hoja de ruta que inicialmente plantea el investigador evitándose mostrar como un factor de poder sino más bien de empoderamiento, explicando muy claramente el propósito de la investigación y aspectos relacionados. Es decir, reglas claras de juego y roles de cada uno.
DURANTE EL ENCUENTRO DIALÓGICO
3. El día del encuentro dialógico llevar una agenda de pocos puntos que pueda abordarse en la sesión previamente definida, evitando dejar puntos fuera.
4. El día del encuentro, valerse de un relatos que pueda tomar fotografías, grabar la conversación, tomar apuntes, esto por supuesto con el permiso previo de los involucrados.
5. Al finalizar el encuentro plasmar los resultados y acuerdos de los temas tratados en una ficha resumen a la cual tengan acceso los involucrados.
DESPUÉS DEL ENCUENTRO DIALÓGICO